Pensar lo Absurdo

Cualquiera puede ser la modalidad de abordarlo, corroer las aristas que se presenten y sin embargo, no hay lugar seguro en este mundo vil. ¿Cuántas son las miradas hechos, o palabras necesarias que utilizadas bajo nuestro dominio logran constituir una realidad, tanto una existencia física o por lo menos alguna certidumbre espiritual? El camino de las buenas intenciones esta lleno.
Sea abarrotado, consumido de productos y marcas desechables, lamento soportar el continente de basura que nos queda. Aunque, por otro lado con el absurdo no hay mucho que hacer, y «hay mucho que hacer» ¿Cuantos de ustedes se permitieron pensar, lo absurdo? De cualquier forma, etimológicamente, la búsqueda de un sentido.
La palabra misma ¿Hacía dónde nos reenvía?

Cada vez que el destino nos pone en frente de la absurdidad, las neuronas chocan alborotadas entre sí, bajo otra lógica, que tal vez se nos escapa.
A quien se le ocurrió dejar dentro de la estructura que tiene que ver con la comunicación del hombre, una palabra que resignifica la descontextualización, perdida del sentido, divergencia del sentido, multiplicidad de sentido, etc, en el área comunicacional.

El absurdo es tácito, viene casi como un efecto, no estamos preparados para sentir un momento completamente absurdo, sin más, con el simple efecto de lo que conlleva, nos ensombrece ese lugar y empezamos a volver a utilizar todos nuestros mecanismos de significación lógica matemática.
Nuestra búsqueda constante de la vida y de un significado que nos coloque sobre el pedestal de las sombras. Absurdo es emitir algún tipo de valor definido, constituido en su packaging conceptual. Absurda la palabra y su contenido A-B-S-U-R-D-O, me significa que lo que entra dentro de esos parámetros no tiene parangón.

Entonces, si nombramos absurdo, puedo también facilitar el sentido con otras palabras que me pueden parecer aún más desquiciadas, escandalosas y sin sentido. Porque esa es la idea. La palabra absurdo es una llave, un misterio dentro de la lengua.
Nos podrá divertir, imaginar, fantasear con las alturas o a lo más bajo de las tinieblas. Absurdo, la llave de los mundo inimaginables, nuestra palabra salvadora, por lo menos para los que buscan nuevas realidades y posibilidades.